Al Papa
Francisco no le importan los sufrimientos de la Humanidad ni ha dicho o hecho
nada diferente a los demagogos de siempre. Intenta crearse una imagen de
"bueno" de la que han tomado ventajas algunos ante lo que obligan sus
palabras, las que son aprovechadas por otros oportunistas que también
buscan pasar a la historia "bien" recordados.
Si ese
señor llamado “Papa” le hubiera pedido a los gobiernos del mundo que
no condenaran más a las maestras ni a ninguna mujer por hacerle el bien a un
adolescente de detenerle la mano cuando lo sorprendiera masturbándose (yo mismo
cuando adolescente, casi que diariamente, lancé al fondo del escusado mucho
semen por no tener muchas veces ni siquiera el hueco de una gallina donde
depositarlo, lo que me hacia sentir muy culpable por haberlo enviado junto con
los excrementos) para entonces ofrecerle su vagina para facilitarle la
eyaculación que intentaba mientras pensaba profundamente en la vulva de una
mujer, entonces sí yo creería que ese “papa” tendría alguna iluminación. Más
que esto, si ese “papa” le hubiera hecho un llamado a las cristianas del mundo
para que les abrieran las portañuelas a los jóvenes y se las agarraran
tirándolas hacia ellas y dirigiéndolas hacia el lugar donde corresponde que la
introduzcan con ese derecho que les da el saber que todos los días (yo lo
hacia) se masturban pensando en ellas, entonces yo le levantaría un pequeño
altar así como lo hice con una imagen de Edith Cresson –quien fue primera
ministro de Francia en los noventa- cuando supe que ella creía que los hombres
deberían piropear a las mujeres para no hacerlas sentirse ignoradas... hasta
cuando fuera con una grosería (digamos, por ejemplo con un “mamasita, que culo
más rico tu tienes”), si de otra manera no supieran cortejarla; a esa sí que le
monté un altar, le deje una oración haciéndole una petición y le prendía una
vela, por cuanto es una santa de bien ante Dios.
El “papa” al
menos debió de instar a las mujeres a que al menos trataran a los hombres con
el mismo cariño que tratan a sus perros, los que las lamen y las huelen.
Nosotros al menos deberíamos tener las mismas libertades de que gozan los
perros para expresarnos el cariño que nos tienen. El diablo es el que ha creado
prejuicios para criminalizar a las mujeres que -si tuvieran libertad de
hacerlo- les harían el bien a cada muchacho al que se le parara
después de mirarle para el culo. Esa es la conciencia por la que un Papa
debería hacer un llamado, pidiendo además la liberación de todas las
encarceladas por haber tenido contacto sexual con muchachos que las
deseaban, así como la restitución de estas en sus trabajos, junto con una
compensación por daños y perjuicios que les causaron injustamente. Si
el “papa” santificó a los dos últimos colegas, ambos sospechosos de
haber sido ellos mismos pedófilos compulsivos así como de encubrir a otros que
también lo eran, esto nos dice que para él sodomizar a unos muchachos por
tentación es perdonable; entonces debería atreverse a abogar en defensa de esas
mujeres a las que solo les preocupaba el que con tanta masturbación se les
pudiera lisiar el pene a esos jóvenes que tienen que hacerlo diariamente (el
mío se me lisió, tomando la forma de un banano, que se dirigía hacia un lado,
lo que aparentemente luego molestaba interiormente a mi compañera sexual por la
forma que este había tomado).
Un papa al que
no le importa que se sigan tupiendo en las universidades las cañerías de
desagüe debido a la gran cantidad de semen de masturbación que diariamente
envían a través de los baños miles de jóvenes sexualmente reprimidos que están
internados en ellas, es un papa igual a todos; un papa a quien no le importa
que los jóvenes y adolescentes se lisien el pene de tanto doblarlos mientras se
masturban es un papa que se alía a la homosexualidad, cual es
la única que se vería afectada si a las mujeres se las dejara
ser libres para ofrecerles sus vaginas a los que se masturban, ya que nadie se
interesaría en los intestinos llenos de heces fecales de aquellos que se lo
ofrecen para que eyaculen dentro de ellos ante la falta de una vagina donde
hacerlo.
Nunca escucho a los
Papas, pero si sé que el tal papa Francisco tampoco se atreve a decir nada que
le ha sido prohibido decir por el mismo diablo. Si realmente hubiera tenido
valor para decir lo que se debe hacer para con un mundo mejor, hubiera venido con
un diferente discurso a los discursos de siempre. Su “humanismo” a mi no me
convence. Realmente en él no veo más que a otro farsante, ignorante e hipócrita.
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